“Es hora de recuperar nuestros centros urbanos de manos de los matones: así es como lo haremos”
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Es hora de recuperar nuestros centros urbanos de los comportamientos antisociales, los matones y los ladrones.
Con demasiada frecuencia, los delitos que cometen se consideran de poca monta, pero si te han arrebatado el teléfono, han asaltado tu tienda o han tomado el centro de tu ciudad unos matones, no parece que se trate de un delito de poca monta.
Estos son los delitos y las conductas antisociales que hacen que la gente se aleje de sus zonas comerciales o sienta miedo en sus propias calles, y no hay nada de bajo nivel en ello. Pero durante demasiado tiempo, los conservadores restaron importancia a ese tipo de delitos y permitieron que proliferaran.
Del mismo modo que ignoraron la creciente crisis de jóvenes que portan cuchillos y la epidemia de violencia contra las mujeres y las niñas, mientras viajaba por el país en el período previo a las últimas elecciones, una y otra vez escuché lo mismo de la gente que conocí.
Que ya no veían a la policía en las calles, que el respeto por la ley y el orden había disminuido, y que si denunciaban un delito, nadie vendría y no se haría nada. Y cuando conocí a las víctimas de los peores crímenes –las madres de adolescentes inocentes asesinadas con cuchillos y las familias de mujeres jóvenes asesinadas en sus propios hogares– la pregunta constante era: ¿por qué nadie hizo nada para evitar su pérdida?
Durante los últimos ocho meses como Ministro del Interior, he estado decidido a que la policía vuelva a las calles, a restablecer la confianza en las comunidades y los centros urbanos y a abordar la violencia más grave en nuestras calles, restableciendo la confianza y reduciendo los daños graves. Por eso, el Plan para el Cambio del Gobierno laborista se ha comprometido a incorporar 13.000 agentes de policía, agentes de policía de primera línea y agentes especiales a funciones de vigilancia de barrio.
Hemos establecido una misión histórica y sin precedentes, no sólo para el Gobierno, sino para todo el país: reducir a la mitad los delitos cometidos con armas blancas y la violencia contra las mujeres y las niñas en el próximo decenio. Ahora tenemos la oportunidad de adoptar medidas prácticas para lograr esos objetivos, a través del proyecto de ley sobre delincuencia y vigilancia policial que estamos presentando hoy al Parlamento.
Nuestras nuevas órdenes de respeto impondrán restricciones severas a los infractores reincidentes, incluida la prohibición de su acceso a los centros urbanos y el uso más generalizado de dispositivos de identificación en el tobillo. En los casos en que se hayan rastreado teléfonos robados, otorgaremos a la policía poderes especiales para ingresar a las instalaciones sin orden judicial, de modo que puedan actuar con rapidez antes de que los teléfonos sean trasladados nuevamente.
Se introducirá un delito específico por agresión a un empleado de un comercio minorista y acabaremos con el ridículo límite de 200 libras impuesto por los conservadores, que ha hecho que se hayan ignorado muchos robos en comercios. Tomaremos medidas enérgicas contra la venta y entrega online de cuchillos, con controles de edad más estrictos y sanciones más duras para cualquiera que venda armas letales a niños.
Se adoptarán medidas más enérgicas para proteger a las mujeres del acoso y la explotación sexual, para impedir que los delincuentes sexuales cambien de nombre e imponer sentencias más duras a los depredadores peligrosos que se aprovechan de los niños. Y crearemos nuevos delitos de explotación sexual infantil y explotación sexual infantil para hacer frente a las bandas de narcotraficantes que se apoderan de las casas de las personas y convierten a los niños en sus traficantes.
Se trata de un proyecto de ley ambicioso y de amplio alcance, pero el mensaje central que se transmite en todas las medidas es el mismo que transmitimos a los ciudadanos en las elecciones del verano pasado. Trabajaremos con la policía y las comunidades para que nuestras calles vuelvan a parecer más seguras. Nunca olvidaremos los delitos que hacen que la gente tenga miedo de salir a la calle. Los centros urbanos locales nos pertenecen a nosotros, no a los ladrones y matones locales, y es hora de recuperarlos.
El pueblo británico eligió a este Gobierno para que produjera cambios, y eso es lo que estamos trabajando todos los días para lograr. Eso significa asegurarnos de que nuestro país sea seguro y que todos nos sintamos seguros, porque si las personas temen por su seguridad, no pueden prosperar.
Pero con la base de la seguridad, podemos construir una Gran Bretaña mejor y más justa.
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Daily Mirror